Me gustaría dedicar este artículo a todos aquellos alumnos y profesores que, en mayor o menor medida, se han implicado en el proyecto de voluntariado. Un proyecto que iniciamos el año pasado con mucha ilusión y que, para nuestra satisfacción, ha perdurado en el tiempo. Sin duda, esto significa que todos los que participamos en él lo hacemos de corazón, y no nos cansamos de ayudar y de contribuir a que la sociedad sea algo más igualitaria y justa.
Este año ha sido especialmente significativo debido a la crisis económica. Las necesidades han aumentado y las ayudas económicas han disminuido. Esta situación, que ha afectado a todos, aunque no en la misma medida, hace que agradezcamos doblemente el dinero y las donaciones de la Tómbola Benéfica; los kilos de comida para el Comedor Social de El Salvador; la asistencia al Musical Mamma Mía, cuya recaudación se destinó a las ONGs Aykovesé y Zapallal; y tantas y tantas contribuciones que hemos ido solicitando en todo este tiempo.
Hay cosas en las que es bueno personalizar. Por este motivo, quiero agradecer:
A Concha del Molino su gran dedicación al Comedor Social, sus conversaciones como intermediaria y, en muchas ocasiones, su realismo.
A Lucía García, por su trabajo en la Asociación de Alzheimer AFA, porque ha conseguido que el mismo grupo de alumnos que la acompañan no pierda la ilusión durante estos meses, y por empeñarse en que ampliemos “nuestro círculo de influencia” cada vez que alguien solicita ayuda.
A Isabel González, por sus visitas con los niños a la Perrera Municipal, para lo que hay que tener entereza y fuerza de voluntad. Es muy importante inculcar a los niños el respeto a los animales.
A Mª José Bugatto, que este año no ha estado por cuestiones familiares, pero que también forma parte importante de esto.
A Miguel Ángel y a Vanessa, porque, por muy descabellada que fuera una idea, siempre han confiado en nosotras, han hecho todo lo posible porque salga adelante y nos han facilitado muchísimo la andadura.
A Pepe y a José Luis, que nos llevan semanalmente a todos estos lugares, aunque suponga más trabajo para ellos.
A todos los alumnos que han participado, porque son los que nos animan a todos a que esto siga adelante.
Para resumir lo que ha sido el voluntariado este año, me gustaría acabar con una frase de Ovidio:
“La gota abre la piedra, no por su fuerza sino por su constancia”.
Mar Navarro