lunes, 15 de marzo de 2010

DISCURSO ESCRITO POR PILAR GRANADOS (HABILIDADES COMUNICATIVAS)

La trata de personas es un fenómeno muy antiguo que sólo desde las últimas dos décadas ha venido saliendo a la luz pública. En otras palabras, estamos frente a un problema viejo con un nombre nuevo.

Durante la época colonial, mujeres y niñas eran apartadas de su lugar de origen para ser comerciadas como mano de obra, como servidumbre o como objetos sexuales. Pero la trata como problema social empezó verdaderamente a finales del s.XIX e inicios del XX a través de lo que se le denominó Trata de Blancas, nombre que se utilizaba para hacer referencia al comercio de mujeres blancas para servir como prostitutas en países árabes, africanos o asiáticos. En ese momento empezaron las hipótesis en torno a que dichos movimientos eran productos de secuestros, engaños y coacciones sobre mujeres inocentes con el objeto de explotarlas sexualmente.

Después de varios años de silencio, al inicio de los 80 empezaron de nuevo a verse manifestaciones en contra de la trata de mujeres debido a que la migración femenina parecía aumentar o hacerse más evidente en todo el mundo y en diversas modalidades. Por lo que la antigua definición de trata de blancas quedó en desuso por no corresponder a las realidades de desplazamiento y comercio de personas. En esta época empezó a utilizarse el término tráfico humano o tráfico de personas para referirse al comercio internacional de mujeres y menores de edad, sin todavía alcanzarse una verdadera definición sobre este fenómeno, ¿por que verdaderamente quien sabe cuál es la diferencia entre trata y tráfico de personas?

Pues bien, por trata de personas se entiende la captación, el traslado, la acogida o la recepción de personas u formas como el rapto, el engaño, el abuso de poder o también la recepción de pagos o beneficios para que una persona tenga autoridad sobre otra para propósitos de explotación. Esa explotación incluye la prostitución, trabajos forzados, la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

Por lo tanto para que quede más claro, la trata es una actividad que utilizando determinados medios tiene como propósito la explotación de una persona obviamente sin su consentimiento. Pero cuando hablamos de personas menores de 18 años no se tiene en cuenta el consentimiento, esto significa que toda forma de explotación infantil sea cual sea sera un caso de trata.

Teniendo clara así la definición de trata es mas fácil comprender que ésta y el trafico están relacionados pero son fundamentalmente distintos pues no todo trafico implica necesariamente trata de personas ni todos los casos de trata significan tráfico. Aunque desgraciadamente muchos casos que inician como trafico terminan en trata de personas.

Pero antes de seguir comparándolas hay que dejar claro que por tráfico se entiende la facilitación de un cruce de fronteras sin cumplir los requisitos legales con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio.

En ambos casos, hay un aprovechamiento de la necesidad de mejorar condiciones de vida exceptuando los casos de trata en los que hubo secuestro o sometimiento y también hay un abuso a los derechos y lógicamente una operación comercial con seres humanos.

Centrándonos en la trata de personas, esta principalmente en manos de grupos de delincuencia organizada. Estos grupos suelen estar compuestos por tres o más personas que actuará con el propósito de cometer uno o varios delitos con el fin de obtener un beneficio. Muchas veces son grupos pequeños y aislados compuestos por familiares, amigos o conocidos de la víctima pero tampoco hay que olvidarse de la involucración de las grandes mafias internacionales, como la china o la rusa, lo que sin duda aumenta la peligrosidad y el riesgo.

Cabe destacar igualmente, aunque parezca sorprendente que la participación de las mujeres cada vez es mayor. Ello responde a que las mujeres tienden a generar más fácilmente espacios de confianza con otras mujeres o niñas, víctimas potenciales de la trata.

Como ya sabemos, cualquier persona puede ser víctima de trata. No obstante, se ha evidenciado que el grupo más vulnerable lo ocupan fundamentalmente las mujeres y los menores, especialmente cuando se habla de explotación sexual, servidumbre y algunos sectores de explotación económica como el trabajo doméstico o el agrícola. Es decir, a pesar de que el Protocolo contra la Trata no define a este crimen bajo un criterio de género, afecta a las mujeres y las niñas de forma desigual, no sólo por ocupar un número mayoritario entre el total de víctimas, sino porque la trata de mujeres tiende a tener un impacto más severo dadas las formas de explotación a las que están sometidas y cuyas consecuencias son traumatizantes y devastadoras para su integridad física, psicológica y emocional.

Un caso bastante sorprendente es el de dos niñas argentinas de 11 y 12 años a las que un amigo les dijo que necesitaba dos empleadas para trabajar en una casa de familia y que iban a estar bien pagadas por lo que las dos niñas pensando que iban a encontrar un buen trabajo donde ganar suficiente dinero para ayudar a sus familias no se lo pensaron y se fueron con aquel hombre que las llevó a México a una casa donde las metieron en un cuarto con más niñas y donde había un hombre con una cámara que les dijo que si no hacían lo que él les decía les pegaría. Este tipo de casos es muy común niñas que van engañadas pensando que van a trabajar o que las van a contratar de modelos y al final acaban como prostitutas o haciendo pornografía infantil además de sufrir todo tipo de maltrato.

La trata de personas a diferencia del tráfico, es un crimen mucho más complejo que normalmente transcurre en tres fases esenciales:

- La primera fase es el enganche. El tratante recluta a la victima de forma indirecta mediante anuncios, contactos por internet, referencias familiares, oportunidades de empleo, viajes, manipulación sentimental, etc. Es decir, en todos los casos, el reclutamiento es mediante el engaño aunque también existen las situaciones en las que directamente recurren al secuestro.
Por ejemplo en el caso de una niña que era de familia pobre, su padre en busca de encontrar un marido rico para su niña, una amiga le recomendó que la mandara a la india para casarla con un hombre rico y cuando la niña llegó a la india la vendieron a un prostíbulo.

- La segunda fase es el traslado. Una vez reclutada la victima tendrá que ser trasladada al lugar de destino donde será explotada.

Los traslados se pueden hacer con pasaportes y documentos de identidad oficiales, sin ellos o bien con documentación falsa. También es frecuente la utilización del llamado “robo de identidades” es decir, la generación de documentos con identidades que no pertenecen a la víctima, lo que dificulta enormemente la identificación y procuración de justicia en este tipo de casos.

En un gran número de situaciones la víctima coopera con el tratante frente a las autoridades –se acuerdan historias del tipo “es mi marido, venimos de turistas”– pues en general no sabe que posteriormente será explotada. En otras palabras, al momento del traslado las victimas respaldan a su futuro tratante, y para ellas los oficiales de migración o la policía son los enemigos.

- La tercera y última fase es la explotación. Las formas o mecanismos de explotación son diversos, pueden ser de forma laboral, sexual, mediante falsas adopciones, servidumbre, de forma militar como los niños soldados, trafico de órganos o practicas esclavistas.
Lo anterior no significa que, por ejemplo, todos los casos de prostitución, turismo sexual o abuso infantil sean casos de Trata. Pero sí es necesario subrayar que la trata es un fenómeno complejo, que no es exclusivamente con fines de explotación sexual sino que se da en varios sectores y a través de diversos mecanismos.

Una vez que la víctima es engañada con promesas de trabajos bien remunerados o bien, amenazada o coaccionada, se le somete para desarrollar actividades (trabajo sexual, doméstico u otros) que permitan su explotación.
Muchas de las víctimas de trata son explotadas en lugares abiertos y tienen contacto con la sociedad; burdeles, salones de masaje, bares, restaurantes, sembradíos o fábricas son algunos de los espacios donde operan. Entonces ¿cómo es posible que no escapen? ¿Que no pidan ayuda? Los tratantes retienen a sus víctimas mediante la violencia o la retención de documentos de esta forma crean una deuda y la consiguiente relación de dependencia, ya que las víctimas nunca podrán llegar a ganar lo suficiente como para pagar la deuda a los captores. Ello, unido a abusos, golpes, violaciones, chantajes y amenazas se convierte en una explotación dolorosa y prolongada.

Por eso una vez que son identificadas las victimas de trata hay que darles la protección y la asistencia necesaria, ofrecerles la oportunidad real de reiniciar su vida fuera de engaños y mentiras. Todo esto requiere de un verdadero compromiso en el que la cooperación entre las entidades públicas y la sociedad resultan fundamentales.
Por lo que para que esto sea efectivo hay que tener en cuenta distintas cosas como el establecimiento de unos sistemas adecuados de identificación lo que requiere la capacitación de los cuerpos de policía y también hay que establecer estructuras capaces de brindarles un apoyo inmediato como un alojamiento seguro capaz de cubrir sus necesidades y una asistencia médica y psicológica.
En las mayoría de los casos las mujeres víctima de trata, quienes padecen fenómenos de traumatización severa, tienen un mayor riesgo de volver a ser víctimas de los miembros de los órganos judiciales en los países de destino, al enfrentar malos tratos o tratos insensibles durante los procesos judiciales, particularmente cuando se trata de mujeres y niñas que han sido explotadas en la industria sexual.

Por otro lado, muchas veces las víctimas son deportadas sin tener en cuenta los riesgos a los que se puede enfrentar en su lugar de origen. Por ejemplo, haber padecido violencia familiar, venta por parte de familiares o cónyuge y discriminación. Por eso hay que tener especial cuidado con las victimas de trata y saber perfectamente cuál es la situación que va a tener cuando vuelva a rehacer su vida.

Como ya hemos visto la trata de personas es un problema que se da desde hace ya mucho tiempo y que desgraciadamente cada vez está más expandido, por lo que en mi opinión se debería hacer algo para intentar prevenir la trata de personas. Una estrategia para hacerle frente requiere que se ejecuten mecanismos de prevención. Ellos deben ser diseñados con sumo cuidado pues en distintas ocasiones se ha visto que estrategias aparentemente inofensivas pueden ser problemáticas si se relacionan con la limitación de movimiento de las mujeres y menores de edad. Mientras que las campañas anti-trata pueden simplemente intentar advertir acerca de los peligros de este fenómeno, también podrían restringir la libertad de desplazamiento. Por eso los Estados deben asegurar que las acciones para prevenir la trata internacional de mujeres y niños, no eliminen la libertad migratoria o la libertad de viajar y circular establecida en las leyes y que no reduzcan la protección para los refugiados.

Pero como ya sabemos, las estrategias únicamente centradas en evitar la migración irregular no representan una solución ante el problema de la trata, pues ésta se puede dar tanto a través de canales regulares como irregulares. Más aún, reforzar las fronteras aumenta los riesgos y los peligros en los traslados haciendo incluso más probable un incremento de la explotación, pues las migrantes indocumentadas son menos visibles y se verán obligadas a adentrarse a esferas de mayor clandestinidad con los riesgos que ello implica.
Lo que se debería buscar en cambio es una estrategia en la que se asegure que todas las personas, especialmente las mujeres y niños, tengan acceso a información acerca de sus derechos y la facultad para ejercerlos. La sensibilización de la sociedad en torno a este problema resulta fundamental para crear redes solidarias lo suficientemente fuertes para ser capaces de enfrentar y, más aún, evitar abusos relacionados con la trata.
También es importante analizar los factores que generan la oferta y la demanda. En el primer caso, habría que ver las razones por las cuales las mujeres y los niños son mayoritariamente las víctimas de trata. En este sentido se deberá buscar y eliminar aquellas acciones que fomenten la discriminación, la marginación y el racismo contra las mujeres en algunas sociedades.
Por otro lado, en el caso de la demanda, será conveniente analizar por qué la sexualidad de las mujeres y de los niños se ha convertido en un valor comercial atractivo, luchar contra los estereotipos y tomar medidas legislativas, educativas, sociales y culturales capaces de eliminar esa demanda.
Y por último, pensar en estrategias de política pública para eliminar factores como la pobreza, el subdesarrollo y la falta de oportunidades equitativas que generan la vulnerabilidad ante la trata.